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viernes, 15 de agosto de 2014

Crónica de un corte de pelo anunciado


No podía esperar mas. Habían pasado 3 meses desde que el "ratón" pisó la peluquería, y con ese pelucón que tenía, no podía dejar pasar mas tiempo. Hugo tiene un pelo precioso, y desde que se lo cortamos por primera vez, le ha crecido con mucha fuerza y brillo. Tiene unos rizos color castaño claro que le dan a su cara unos rasgos muy dulces, y a su vez, un puntito de travesura (que en realidad no tiene, porque es mas bueno que el pan, al menos de momento).

Pero este ratón se encuentra actualmente en una etapa de rebeldía contra todo aquello que roce su cabellera. Se niega a ser peinado. Se quita gorras, sobreros, pañuelos, o cualquier elemento que pase por su cocorota. El momento "cambio de ropa" es un suplicio cuando toca sacar o meter la cabecita por la abertura de la camiseta...los berrinches se escuchan a kilómetros a la redonda. Y no hablemos de la hora del baño, cuando toca enjuagar la cabeza...ni por asomo quiere ver el mango de la ducha dirección a la coronilla!! así que. con mucha paciencia, hacemos uso de los minicubitos de construcción para enjuagarle con ellos poco a poco la cabeza. En fin...quien la lleva la entiende...





Pero el hecho de saber que debía llevarlo a la peluquería me tenía casi sin dormir, y mira que la chica que le corta el pelo es encantadora y tiene una paciencia de órdago con los peques, pero aquí ésta que escribe, sabía de sobra el circo que se iba a montar nada mas entrar por la puerta de la pelu...y así fué.

Jueves. 18.00h.  Nos plantamos Hugo y yo en la pelu con todos los "bártulos" que pueden ser susceptibles de entretener al elemento mientras llega el momento "tijeras": juguetes musicales, sus muñecos de goma favoritos, gusanitos (normalmente son infalibles para mantenerlo entretenido un buen rato), vídeos de pocoyó, los cantajuegos, y los esmukis descargados en mi movil, etc

Nada mas entrar por la puerta, se escucha el ensordecedor ruido de un secador...Hugo empieza a arrugar la cara por momentos, le empieza a subir la sangre a la cabeza, se pone rojo y le salta la vena...en cuestión de segundos...empieza a llorar desconsoladamente ante aquel "estruendo"...y empieza a gritar "ma-maaa-maaa-MAAAAA...!!!".... Mamá cogé a Hugo en modo "asustado" y se lo lleva corriendo a la calle. Empezamos mal...MUY MAL.

En ese momento dudé si volver a casa con Hugo con su look "espinete", o echarle paciencia al asunto y darnos una segunda oportunidad. Estaba claro que había que intentarlo, sobre todo teniendo en cuenta que mamá tiene su orgullo,y no podía aparecer de vuelta por casa de la misma manera de la que me fuí, y escuchar al papá de la criatura diciéndome durante una semana que no soy capaz de controlar el berrinche de un bebé de 13 meses.

Después de 10 minutos en la calle al solete, deja de oirse el secador dentro de la pelu...es el momento de entrar...¡¡le llegó la hora al ratón!!.

Parece que ahora, en el silencio de la peluquería, Hugo se encuentra mas tranquilo. Te toca Huguete!! Nos sentamos frente al espejo,¡¡ y empieza la función!!

Un poco de agua en spray para mojar la cabecita (ya empieza a fruncir el ceño), peine y tijera en mano para comenzar a trabajar y...¡¡¡¡buaaaahhhhh!!!! Otra llorera para el cuerpooo. Pero esta vez, además, sacó la vena "karateka"y empezó  a dar manotazos a diestro y siniestro para impedir que  nada ni nadie le rozara su rebelde melena.

No pasa nada, pasemos al plan B: juguetes!!. Sacamos del bolso su piano musical...en menos de dos segundos el piano volaba por los aires, y  Hugo cada vez mas enfadado!!!

Plan C: A cantar!!!...estábamos para una foto: La peluquera y yo entonando "chuchuwaaa, chuchuwaaa, chuchuwaaa, waaa, waaa...", "había una vez un barquito chiquitiiiitoooo ", y Hugo estaba por momentos mas y mas cabreado, afinando cada vez mas y mejor la técnica yudoka, y haciendo volar todo lo que se interponía en su camino...

Plan D: Gusanitooosss!!! Si esto no funciona, me quedo sin ideas...Pero esto tiene que funcionar sí o sí, porque los "gusananos" son su perdición...Y de esta forma logramos que Hugo al menos metiera una mano en el paquete para engachar los gusanitos, y por tanto, sólo nos queda la otra mano con la que luchar. Hasta el día de ayer, no he sido consciente de la habilidad de mi peque para coordinar ambas manos tan ágilmente: con una se llevaba los aperitivos a la boca, y con la otra, seguía dando manotazos para esquivar la tijera, y todo esto al compás de los aspamientos que hacía con la cabeza. Eso sí...ni un gusanito al suelo!!!

Aunque conseguimos que dejara de llorar, no pudimos lograr que se quedara quieto. Suponemos que dejó de llorar porque se dió cuenta que, por mas que se emberrechinara, no íbamos a desistir en ningún momento, aunque sí que se propuso complicarnos la misión todo lo posible!!

 Pero como su peluquera es una gran profesional, y tiene mas paciencia que un santo, logró salir airosa con el karateka, y dejó a este ratoncito mas guapo de lo que ya es. Eso sí...¡¡vaya 15 minutos mas largos!!! ¡¡Se me hicieron eternos!!!

PRUEBA SUPERADA. Salimos de la pelu Hugo y yo mas contentos que unas pascuas. Hugo porque perdía de vista las tijeras, se había zampado unos cuantos gusanitos e iba ya de paseo tomando el sol, que es lo que mas le gusta. Y yo, porque ya podría dormir tranquila al menos hasta dentro de...¿¿¿otros tres meses????.

Muchas gracias a las chicas de Peluquería Vintage 14 por su paciencia y profesionalidad. Son encantadoras!!!

¿Y vuestros peques cómo se portan en la pelu?


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