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domingo, 7 de septiembre de 2014

Los miedos de Hugo hacia "El Señor de la bata blanca"

Las revisiones periódicas al pediatra cada vez son mas angustiosas para toda la familia. Hemos llegado a un punto en el que, sólo es llegar a la puerta de entrada del centro mèdico, y el ratón entra en un estado de angustia que cada mes que pasa nos resulta mas difícil controlar y calmar. Pero la revisión de la pasada semana ya fué un auténtico espectáculo.

En la sala de espera el peque ya se olía lo que tocaba a continuación. Realmente me resulta difícil entender qué le causa tanto terror como para entrar en ese estado de pánico, Su pediatra no es que sea la alegría personificada, pero tampoco es lo contrario. Tiene una actitud bastante correcta hacia los peques, y no recuerdo que le haya hecho algo que haya podido resultarle doloroso y le cause un recuerdo lo suficientemente desagradable como para entrar en ese estado.

Ese momento en el que se abre la puerta de la consulta y aparece el señor de bata blanca...es para vivirlo!! Si ya los minutos previos el peque no se encontraba nada conforme  con estar allí, cuando se gira e identifica de inmediato a esa persona que tan poco le gusta, su cara es un poema. 

Imagen extraída de internet



Pasamos a la consulta, y Hugo entra ya llorando y agarrado como una lapa a mi. Me clava las uñas fuertemente en cuello y hombros, y no se suelta por nada del mundo. Y nada ni nadie puede tranquilizarlo, Ni juguetes, ni chupete, ni la voz de mami o papi, y evidentemente, menos aún la del pediatra. 

Tengo que desnudarlo en la camilla. Pero no hay forma de que se suelte. Pone su cuerpo rígido como un palo. No quiere tumbarse. No quiere soltarse de mi. 

Cuando el señor de bata blanca entra en escena de nuevo y se acerca hacia él, Hugo empieza a llorar desconsolado, está descontrolado. Sus ojos llenos de lágrimas buscan los míos pidiendo que lo auxilie, que le quite a a aquel señor de encima y lo coja en brazos, para que se sienta seguro. Y a mi  me parte el alma verlo así. Fueron menos de dos minutos... el tiempo de pesarlo y medirlo, Pero a mi se me hizo eterno, y estoy segura que a él también.

Cada vez me gustan menos las revisiones. Es mas, esta última visita no creo que pueda considerarse ni eso. Simplemente lo pesó y lo midió. Ya no le mira los dientes, ni los oidos, ni siquiera lo ausculta. Tampoco nos hizo las típicas preguntas que suelen hacer para saber si el desarrollo del niño está dentro de la normalidad. Se nota que al médico también le superan los histerismos de mi Ratón. Pero él es el profesional. No debería dejarse llevar por los "berridos" de un niño, ¿no creeis?.

Definitivamente, salí de allí hecha polvo. Primero, por el disgusto que se lleva Hugo, Segundo, porque fué un mal rato para todos. Un mal rato que se repite mes a mes. Y que cada vez va a peor. Está claro que Hugo no ha congeniado con el señor de la bata blanca. Simplemente no le gusta. No hay mas. Y lo siento por él, pero si no hace migas con mi ratón, tampoco lo hace con su mamá. Y así se lo hice saber a mi marido tal como salimos de la consulta: 

- "Para la próxima revisión lo llevamos a otro médico"

A lo que él me contesta:

- "No creo que solucionemos nada con eso. No quiere ver ni en pintura las batas blancas.                    ¡¡ Reaccionará de la misma forma !!".

Mis palabras son claras:

- "Pues si le tiene miedo a las batas blancas, buscaremos un pediatra que no la lleve ...o que se la quite !!"

Mi marido me miró con cara circunstancial. No entendía nada. Pero hay veces que me da por perdida y me deja a "a mi bola".  Piensa que se me pasará la neura.

Lo que no sabe es que yo ya estoy buscando a ese o esa pediatra sin bata blanca, que conecte con mi hijo y lo libere de esos miedos que lo paralizan cuando entra por la consulta para hacerle una simple revisión. Y seguro que lo encontraré. Y si no, ya se encargará su madre de pintarle la bata con lunares de colores si hace falta. Todo sea porque mi ratón deje de tener pavor a las dichosas batas blancas y a las personas que la llevan puesta.



Y mis preguntas son: Mamis, ¿por qué pensais que mi peque pueda tener tantísimo miedo a su pediatra?? ¿¿Creeis aconsejable probar a  cambiarlo de médico?? ¿¿Algún truco o consejo que os haya funcionado para estos casos??

Y por último, una pregunta que quizás considereis algo absurda, pero que llevo meses dándole vueltas:

¿Pensais que los profesionales de la salud infantil podrían prescindir de la uniformidad que utiliza habitualmente cualquier otro médico con objeto de facilitar el acercamiento hacia los niños?? ¿¿No serían mucho mas "llevaderas" las visitas al médico??

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